Parque de las Tres Cruces
Historia:
Las cruces datan nada menos que del año 1631 (por aquel entonces, se hallaba Velázquez retratando a Felipe IV) y forman parte del antiguo viacrucis que existía en Miraflores para rememorar los distintos momentos del prendimiento, crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús de Nazaret.
En algún momento entre 1910 y 1936 se reubicaron, pasando las tres últimas al parque donde hoy se encuentran (otra más, que antes se hallaba muy cerca del famoso Álamo de Miraflores, actualmente se la puede ver frente al molino de Roque, junto a las escaleras que suben al cerro de los Santos).
El parque de Las Tres Cruces, se localiza al sureste de Miraflores, justo frente al Cementerio Municipal. Los actuales límites de su terreno corresponden a los mismos de una parcela que ya era perfectamente visible en los años 40 del siglo XX.
A falta de información más precisa, examinando las fotos aéreas disponibles para la zona, se puede inferir que su acondicionamiento explícito como zona verde se inició hace alrededor de 40 años, pues es entre la imagen de 1980 y la de 1991 cuando se aprecia la plantación de muchos árboles ornamentales y la creación de su paseo central.
Inventario del arbolado:
Con 82 ejemplares, el parque de Las Tres Cruces es el que cuenta con mayor número de árboles de todos los de Miraflores, aunque repartidos entre únicamente 8 especies diferentes. Por tanto, hay que reconocer que no es de los más diversos, si bien cuenta con ejemplares muy reseñables, bien por su singularidad taxonómica (el único abeto de Douglas del inventario), por su relevancia ornamental (18 ejemplares de cedro del Atlas, el 54% de todos los del inventario), o por su representatividad de la flora regional (robles melojos y encinas).
Para interaccionar con el mapa desplázalo, haz zoom (separando dos dedos) y pulsa los elementos para abrir sus desplegables y descargar las fichas identificativas de cada una de las especies.
El arbolado de este parque tiene una madurez y desarrollo medios, debido a varias razones. Por una parte, la mayoría de ejemplares capaces de alcanzar grandes tallas (como sus numerososo cedros) no sobrepasa aún los 40 años al haber sido plantados a partir de los años 80 del s.XX: únicamente un par de olmos aparecen en imágenes de años anteriores. Por otra parte, abundan las especies de crecimiento moderado (como los aligustres o los ciruelos de Pissard). Y por último, sólo desde recientemente algunas especies autóctonas capaces de brotar espontáneamente (robles y encinas) han podido crecer lo suficiente como para no ser desarraigadas por las tareas rutinarias de mantenimiento.